
San Juan. Con la energía por las nubes, sale del dugout eufórico a celebrar cada jugada y cada carrera de su equipo. Por su forma de ser, pareciera ser uno de los más jóvenes en las filas de los Gigantes de Carolina.
A sus 26 años, el jardinero Anthony García es uno de los jugadores veteranos dentro de la novena carolinense. Ya son ocho las temporadas que ha jugado en la Liga de Béisbol Profesional de Puerto Rico Roberto Clemente.
“Me estoy enfocando en llevar a los muchachos jóvenes a que se conviertan en unos líderes y en un futuro puedan ayudar al compañero. Que se apoyen mutuamente y que hablen, porque eso hace que el equipo fluya y tengan un buen desempeño”, manifestó García.
Es por ello que se le ve a García aconsejando a sus compañeros acerca de la manera correcta en la que se debe atacar a ciertos lanzadores. Otras veces sale a las cajas de bateo, en el jardín izquierdo del estadio Hiram Bithorn, muy temprano con música a todo volumen en clara señal que será el alma de la práctica. El estar allí antes que sus compañeros es la manera más sencilla de dar el ejemplo.
Ser ejemplo es el legado que le dejaron ex jugadores como Pedro Valdés y Jesús “Motorita” Feliciano, ahora convertido en el coach de banco del equipo.
“Desde que se fue Motorita, tomé el rol de ellos. Me gusta pasar los mismos pensamientos que ellos me transmitieron a mí. Darle a los más jóvenes esa conversación de qué hacer en situaciones y cómo trabajar el aspecto mental, qué hacer y qué cosas no. Nada, les explico que las cosas siempre suceden por algo, que muchas veces no hay porque enojarse”, señaló García.
Sin embargo, el truco de no dejarse llevar por las emociones es algo que aprendió con el pasar del tiempo.
“Como hace cuatro años, estaba en el equipo un jardinero cubano que se llamaba Leslie Anderson. Estábamos jugando en Carolina, di una roleta para ‘doble play’, entre al dugout con el bate y le entré a batazos a la pared. Anderson me vio y me dijo: ‘muchacho, no hagas eso. Tú tienes un futuro por delante, cógelo suave. A lo mejor, con ese enojo, te lastimas’. Desde esa vez me dio mucho qué pensar y dije: ‘tiene razón’”, aseguró García. “A lo mejor a ti no te va a pasar nada, pero a un compañero si le puede pasar algo”.
En lo que va de temporada, García batea para promedio de .296 con cinco dobles y siete carreras empujadas en 17 partidos.
“Estoy contento con la participación que he tenido hasta el momento y cómo hemos jugado como equipo. Puedo decir que estoy de cheerleader también. Tengo ese rol también. Me siento bien físicamente y estoy bien contento con el esfuerzo que están haciendo los muchachos”, dijo García.
